Cuando se habla de creatividad, todos somos creativos, al menos en diferente medida, desde pensar como te viste en la mañana, cocinar tu platillo favorito o pensar una solución a un problema en tu trabajo. De manera general se podría indicar que la creatividad nos hace iguales a todos, sin embargo que pasa cuando se intenta activa a una sociedad a partir de la creatividad.
La economía creativa se ha convertido en una de las soluciones más populares para las ciudades en crisis. Se define como la suma de actividad económica derivada de una parte altamente educada de la fuerza laboral, que incluye una amplia variedad de individuos creativos de diversas industrias, como la tecnología, el entretenimiento, el periodismo, las finanzas y las artes. La idea es que atraer a la "clase creativa" a la región generará empleo y recaudación de impuestos, y una lluvia de beneficios para todos los ciudadanos. Sin embargo, parece que el crecimiento de la economía creativa está agravando la desigualdad y la exclusión social.
La política pública que promueve la economía creativa tiene dos graves problemas: la percepción equivocada de la cultura y la creatividad como producto de un genio individual en lugar de una actividad colectiva, y la disposición a tolerar los cambios en la sociedad a cambio de la vitalidad urbana o la ventaja competitiva.
Mark J. Stern y Susan Seifert de la Universidad de Pensilvania en su texto “From Creative Economy to Creative Society “ proponen un nuevo modelo basado en la economía creativa del vecindario, que tiene el potencial de llevar a la ciudad del siglo XXI hacia la prosperidad compartida y la integración social. Este enfoque se basa en la perspectiva de los grupos culturales productivos y las redes sociales subyacentes a la productividad.
Aunque la economía creativa y la literatura de construcción comunitaria han ignorado los posibles efectos negativos de la revitalización cultural, la expansión de la desigualdad es uno de los menos discutidos pero con más evidencia. Los artistas son especialmente vulnerables a la dinámica de "ganadores y perdedores", donde un pequeño número de artistas considerados como los mejores en el mundo ganan ingresos que superan con creces al de los artistas considerados menos talentosos.
En resumen, la economía creativa puede tener el potencial de abordar la pobreza y la vitalidad urbanas, pero es importante abordar la desigualdad y la exclusión social si se quiere alcanzar la prosperidad compartida y la integración social. Es necesario adoptar un enfoque basado en la economía creativa del vecindario y tener en cuenta los posibles efectos negativos de la revitalización cultural.
La economía creativa y las industrias creativas y culturales son importantes porque tienen un impacto significativo en el desarrollo y la revitalización de los barrios urbanos.
La participación y la producción culturales se refuerzan mutuamente tanto dentro como fuera de las comunidades, y los proveedores culturales, los artistas individuales y los participantes tienden a ubicarse en comunidades similares. Además, los barrios ricos en recursos culturales envían participantes a programas en toda la ciudad y atraen a visitantes al barrio. La cultura construye puentes a través de las divisiones geográficas, étnicas y de clase social.
Sin embargo, todavía hay algunos vacíos empíricos, como la falta de medida directa del vínculo entre la participación cultural y el cambio en el barrio, la falta de datos comparables sobre otras formas de participación comunitaria y la falta de comprensión sobre la relación temporal entre la participación cultural, la vitalidad cívica y la regeneración del barrio.
Una nueva modelo: una economía creativa basada en el barrio es un enfoque ecosistémico que integra a los residentes urbanos con la economía regional y la sociedad civil. Este modelo se basa en la idea de que las capacidades y los impactos del sector cultural como un todo son mayores que la suma de sus partes, y destaca la importancia de las conexiones y flujos entre agentes y recursos.
El concepto de la economía creativa está orientado al mercado, pero un enfoque basado en el barrio es una manera de integrar a los residentes urbanos con la economía regional y la sociedad civil. Este enfoque permite fortalecer las redes sociales y espaciales de la creatividad desde la base y se enfoca en los activos de la comunidad en lugar de sus pérdidas.
Esta visión nos permitiría pensar en cada barrio o localidad como un ecosistema creativo, en donde los emprendimientos creativos se activan entre sí, pero al mismo tiempo permite revitalizar negocios tradicionales. Un proceso donde todos ganan.
Esta entrada está basada en el artículo de Stern, M. J., & Seifert, S. C. (2008). From creative economy to creative society. Te invito a consultar más informacion en: https://repository.upenn.edu/siap_revitalization/6/
Comentários