En el ámbito de las Industrias Creativas y culturales hay que fijarse con claridad los objetivos de marketing y comunicación, tanto en términos de rentabilidad económica como en beneficios sociales. Bajo esta perspectiva las teorías tradicionales se dejan de lado y es necesario el desarrollo de instrumentos y estrategias propias que se adapten al entorno cultural.
Para empezar, entendemos que el marketing cultural es el proceso que se desarrolla en las organizaciones culturales y en la sociedad para facilitar el intercambio a través de relaciones colaborativas que crean un valor recíproco mediante el uso de recursos complementarios.
Para describir el término marketing cultural, se hace referencia a la aplicación de los principios del mercadeo tradicional al sector de las artes y la cultura, con sus particularidades y especificidades, donde se alude al desarrollo de un conjunto diversificado de acciones y estrategias. La palabra cultura aunada al marketing, nace como concepto en 1967, cuando Philip Kotler lo acuñó como tal con fines académicos; el marketing cultural existe desde que las organizaciones artístico-culturales se han visto enfrentadas a la necesidad de competir entre sí, tanto para atraer la atención de los consumidores como para conseguir recursos de financiación (Colbert y Cuadrado, 2009).
Al fijar los objetivos debemos definir un plan de marketing cultural, definiendo si lo que queremos es llegar a un público determinado, aumentar nuestra audiencia o dar a conocer un determinado producto o servicio.
El beneficio buscado estará determinado por una rentabilidad económica, siempre pensando que debemos hacer que la actividad sea como mínimo sostenible y posteriormente pensar en términos sociales.
Tener claridad en los objetivos, nos guiará a la hora de definir la visión de nuestra empresa u organización a futuro. Si comunicamos esta información de forma adecuada a nuestro grupo de trabajo aunaremos esfuerzos para saber a dónde dirigirnos, en términos de estrategia, logrando una posición determinada en el mercado y definiendo la visión que tienen de nosotros nuestros clientes.
Para empezar a definir nuestras estrategias debemos tener claro dos (2) elementos básicos, primero definir con claridad el sector en donde estamos y como nos ve el mercado y en segundo lugar, debemos tener claro cuáles son los valores de nuestra organización.
En el siguiente gráfico podemos ver el proceso del marketing cultural en las industrias creativas y culturales.
Las estrategias a seguir para desarrollar un buen plan de marketing cultura son:
La comunicación: Sin duda uno de los elementos más importantes, hace referencia no solo a que el equipo de trabajo hable el mismo idioma sino al mensaje que quiero comunicar a mi audiencia. Se trata de un elemento trasversal que aparece en diferentes partes del proceso.
El producto cultural: Es el objeto de la acción de comercialización.
El precio: Es el esfuerzo del consumidor por adquirir un producto.
La distribución: Hace referencia a como facilitar el acceso al producto cultural.
Las personas: es un valor clave y representa la intermediación con el cliente.
El entorno físico: Los aspectos tangibles que envuelven la entrega del producto cultural, en ocasiones hace parte de la experiencia del cliente.
La servucción: identificar cómo gestionar el proceso de producción del servicio.
Las industrias Creativas y Culturales deben generar nuevas formas de atraer recursos, direccionando los productos y servicios para cada segmento de acuerdo a sus preferencias, mejorar las habilidades para aumentar y ampliar su público, construir sus propias audiencias, y satisfacer de la mejor manera las necesidades del segmento. La finalidad de todas estas prácticas es causar una mayor identificación del usuario con su empresa.