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Silvana Navarro-Hoyos

Tejeduría y cestería artesanal en América


En la América precolombina, no existían las fronteras políticas que hoy conocemos, por lo cual los pueblos estuvieron estrechamente unidos entre sí en el tiempo y en la tradición cultural, y las migraciones indígenas dejaron una profunda huella en la evolución de los pueblos. Al mismo tiempo, el aprovechamiento de la exuberante naturaleza se tradujo en una avanzada agricultura y en el uso de importantes recursos naturales al servicio de una organización política y social que llegaría a convertirse en algunas ocasiones, en verdaderas formas estatales.

Los tejidos andinos poseen rasgos similares, que pueden ser entendidos por el intenso comercio que existió entre los diferentes grupos indígenas: entre ellos fue notorio el intercambio de tejidos e innovaciones técnicas. La importancia del tejido no solo se fundamentó en la necesidad de cubrir el cuerpo dando identidad a cada ser, sino para delimitar espacios como en techos, paredes, puertas y pisos, para envolver los muertos, para denotar rango, como moneda, premio, tributo, ofrenda, dote matrimonial y como trueque.

Tejeduría Artesanal

Se considera tejeduría a los procesos artesanales o industriales para producir telas tejidas a partir de hilos.

Algunas de las técnicas de tejeduría más comunes son:

  • Tejeduría en Telar

  • Tejeduría de punto o Tejidos (tejido de punto)

  • Tejido en crochet

  • Tejido en dos agujas

A continuación descubriremos algunas de las características de estas tecnicas.

Tejeduría en telar

Es el oficio donde se obtiene telas formadas, mediante el cruzamiento y enlace de 2 series de hilos: unas longitudinales y las otras transversales. La serie longitudinal de hilos recibe el nombre de Urdimbre y cada uno de ellos elementos se denomina Hilo. La serie transversal recibe el nombre de Trama y cada una de sus unidades se denomina Pasada.

Tejeduría en telar Horizontal

Es el oficio en el que, mediante el manejo de hilos flexibles de diferentes calibres, a través del entrecruzamiento ordenado, sencillo o combinado, con una trama y una urdimbre, se obtienen piezas de diferentes clases según los materiales de los hilos. El entrecruzamiento de los hilos sigue un determinado ordenamiento, desde la disposición más sencilla en cruz (tafetán), hasta cubrir una gran gama de combinaciones mediante las que se obtienen ligamentos y efectos de color. Tafetán es el ligamento más equilibrado tiene la misma cantidad de tomos y dejos.

Tejeduría en telar Vertical

Esta tejeduría se realiza en un telar vertical el cual consiste en un bastidor o marco que mantiene tensos y paralelos un grupo de hilos dispuestos en forma vertical llamados urdimbre, los cuales serán entrecruzados por una serie de pasadas horizontales denominada trama, esta trama puede formar un ligamento llamado tafetán o puede ser una serie de nudos que une las urdimbres.

Tejeduría de punto o Tejidos (tejido de punto)

Es el entrecruzamiento o anudado de uno o más hilos o fibras realizadas directamente a mano o con agujas. Dentro de este oficio se encuentran las técnicas de crochet, dos agujas, macramé, entre otros.

Tejido en crochet

Es el tejido de punto que se realiza con una trama que se anuda por medio de una aguja o gachillo.

Tejido en dos agujas

Es el tejido fe punto por urdimbre que se forma realizando columnas de puntos por medio de dos agujas o estambres.

Cestería artesanal

Es un oficio artesanal clasificado dentro de la tejeduría. La utilización de materiales flexibles bien sea dispuestos a lo largo, por torcido o trenzado, o en superficie, planos o con forma para envolver, contener o vestir son parte de sus características principales. La cestería utiliza elementos lo bastante firmes para ser ensamblados a mano, planos (esteras) o más frecuentemente con forma (recipientes). Es un trabajo que consiste en la elaboración de objetos mediante la disposición ordenada y estructurada de materiales vegetales duros y/o semiduros como el bejuco, cañas, hojas, tallos, cortezas. Todos estos materiales son sometidos previamente a procesos de adecuación, especialmente para su conversión en tiras y/o varillas que se aplican según la clase de objetos por elaborar.

La mayor parte del equipo de trabajo está representado por herramientas manuales, como cuchillos, ripiadores, raspadores, punzones, pinzas, agujas y/o punzones similares. Los productos que generalmente se elaboran componen la gama de cestos y sus derivados (canastos, petacas, balayes, cedazos), esteras, esterillas. (Artesanias de Colombia 2010)

Se conocen testimonios, gracias a excelentes condiciones de conservación que se remontan al neolítico. La cestería se caracteriza por su gran dispersión y fijeza en el tiempo del modo de construcción, entrecruzamiento o de enrollamiento de las hebras. Se trata de un proceso de convergencia técnica: sin que ninguno de los procesos de montaje imponga un material determinado y habiendo adquirido las herramientas desde hace milenios (dedos agiles y un pequeño punzón), los modos de trenzado adoptados están en relación con las cualidades requeridas por cada utilización (robustez o ligereza, pared cerrada o calada, mallas estirables o fijas, etc.). (Bonte y Izard 1996)

Se puede decir que la cestería es una actividad presente en todas partes, por lo tanto, solamente en el seno de una sociedad pueden ser apreciadas la dispersión y las modalidades de transmisión de conocimiento técnico, al mismo tiempo que la importancia social y económica de esta actividad.

La cestería se trabaja a partir de tiras o fibras de origen vegetal (hojas, ramas, cortezas, raíces, troncos) y también de origen animal (piles, pelos, tripas, etc.) y hoy en día son utilizadas también materias primas sintéticas (plásticos, aleaciones metálicas, etc.)

Existen cuatro técnicas básicas de cestería:

Técnica de espiral: consiste en unir los anillos de una espiral unos con otros, comenzando por el centro y avanzando punto a punto a lo largo de dos o más anillos.

Técnica de entrecruzado: consiste en el entrecruzamiento de dos series de elementos flexibles, donde cada serie es pasada por debajo y por encima de la otra.

Técnica del torcido: se tuercen dos o más hilos entre los elementos que acompañan la urdimbre.

Técnica de canasto: donde uno o más hilos se entrecruzan por encima y por debajo de una serie de elementos rígidos que permanecen inactivos.

Aunque estas son las principales técnicas de cestería, existen otras filiales como el trenzado o el cordado. Algunas técnicas de cestería sobretodo el entrecruzamiento asemejan tejer, pues en ambas se trata de crear objetos entretejiendo fibras transversalmente unas a otras. A la cestería inclusive se le puede aplicar algún vocabulario de la tejeduría como tejer, punto, urdimbre o trama. Pero existe una diferencia clave, la tejeduría requiere de telares y lanzaderas, mientras que en la cestería basta con un cuchillo, una aguja, un recipiente con agua y las hábiles manos del artesano.

La cestería engloba a todo objeto cerrado o abierto, grande o pequeño, tradicional o moderno, etnográfico o artístico, sin distinciones de valor.

Tejeduría en territorio Colombiano

Colombia esta considerada, en el ámbito mundial, como un país muy rico en recursos naturales. El tejido de diversidad de fibras fue factor importante que modificó la existencia de las poblaciones, siendo utilizadas primero las más duras y sin procesar para la cestería. Más tarde, el tejido consiguió su refinamiento con fibras hiladas con el algodón, el fique y otras de tallo u hoja. En una etapa posterior llegaron a jugar un papel importante las fibras animales como la alpaca y otros camélidos donde se enriqueció el tejido con la mezcla de los colores naturales de la lana, cafés, habanos y amarillos.

Con las plantas tintóreas y la química intuitiva, se fue dando más color a las fibras, a la vez que se hizo más refinado y completo el tejido. Es en el antiguo Perú donde se encuentra mayor tecnología y eficiencia ligada a la estética, mediante el decorado de cada pieza tejida individualmente con un fin y función especifica.

Urdimbre y trama, los dos elementos básicos que forman la tela, eran manejados hábilmente sosteniendo las fibras en un marco de madera formado básicamente por cuatro varas unidas en un ángulo recto. Se utilizaban algunas veces en posición vertical apoyado en un muro, otras horizontal a nivel del piso y otras, oblicuo como el caso del telar de cintura.

Estos telares ayudados por otros elementos igualmente simples como varas separadoras, golpeadores, o varas de lisos, dieron como resultado la mayor gama de técnicas encontradas en los más antiguos pueblos tejedores en el mundo.

Nuestros antepasados no tejieron metraje para confeccionar, sino que, cada pieza salía del telar, terminada en su totalidad; este factor fue característica general en todo el contienen americano.

En las piezas tejidas, se encuentran diferencias no solo en su forma, sino en su función y más tarde en su contenido expresivo y simbólico, por lo cual es posible analizar, mediante un profundo estudio de sus contenidos, las variantes de cada cultura.

Para estudiar el tejido, se pueden establecer tres grupos:

  • Prendas de vestir: compuesto por mantas, ruanas, pantalones, fajas y sombreros entre otros.

  • Enseres: como la hamaca, la cobija, la alfombra, esteras, mochilas y canastos.

  • Aperos: compuesto por los aperos, alforjas o redes de pescar.

En Colombia son diversas las regiones donde se han encontrado vestigios de tejidos. La principal zona textil del país se encuentra al sur de Nariño habitada por los pastos; Siguiendo hacia el norte, aparece la cultura Quimbaya en los departamentos del Viejo Caldas y sur de Antioquia; hacia el oriente la zona Muisca y Guane que comprende los territorios de Cundinamarca, Boyacá y Santander. Por último, al norte la zona Sinú en los departamentos de Córdoba y Sucre. Sin embargo, son relativamente pocos los textiles que han llegado a los museos o colecciones particulares.

La humedad del suelo ha sido uno de los factores que ha impedido la conservación de los tejidos en Colombia. Sin embargo muchas de estas técnicas ancestrales se han transmitido de generación en generación y sobreviven hasta nuestros días.

La evidencia de estas zonas como pueblos tejedores está dada por los hallazgos de mantas y fragmentos de variados tejidos hechos en telar, a mano, o con aguja.

En las zonas muiscas y guane, debido a la sequedad del suelo, se han podido recuperar mantas, gorros, monteras, fajas o fragmentos de las mismas. Estos objetos han sido admirados por la compleja estructura de sus tejidos y por la habilidad de los pintores de mantas para utilizar pinturas espesas aplicadas con gran precisión.

La calidad de los hilos y de las piezas textiles encontrados en las regiones de Cundinamarca, Boyacá y Santander evidencia que el algodón ocupo un lugar destacado en las sociedades precolombinas. Otra de las fibras importantes entre los tejidos Muisca y Guane es el fique, planta originaria de América tropical, que ha estado ligada con la vida campesina colombiana.

Al contrario del algodón, el fique no estuvo relacionado al uso personal, pero si a la elaboración de productos que todavía hoy perduran como cordelería, aperos y gran variedad de mochilas. Una tercera fibra utilizada fue el cabello humano, hilado para la manufactura de admirables gorros hechos con tejido de aguja.

En la zona del sur de Nariño, los tejidos fueron encontrados en enterramientos profundos y sus técnicas son bien distintas a las realizadas por los diferentes pueblos indígenas que habitaron Colombia. La mayoría de los textiles hallados en el altiplano nariñense proceden de la región de Miraflores y el Cuntum.

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